Cuando en la Isla no había prensa escrita, publicándose solo el mensual Boletín de la Sociedad de Fomento «Isla», se vivía en San Fernando en plena post guerra. Había hambre -años de jambre-, había diteros, o esos señores maestros del crédito diario, que por una o dos pesetas solucionaban el «terno de los domingos o el zapato de goma recauchutada imprescindible para el colegio. Había restricciones de luz, de carbón, de todo…
Por entonces, aparecieron los infiernillos de petróleo, que también escaseaba en algunos momentos cruciales. Nació también el caldo «Gallina Blanca», de manera que el puchero con tó los avisos que se hacía el domingo, al irlo bautizando paulatinamente cada día -hasta el cobro del siguiente josná-, se veía enriquecido con las sustancias que destilaban los «caldos de pollo», que solo sabe Dios y el que lo hizo de las materias que se nutría.
La Isla había crecido con las primeras urbanizaciones. Barriada Bazán y Parque, además del alcantarillado y para nuestra desgracias, de aquel pueblo encantador con cincuenta mil habitantes mal contados nos vimos convertidos en ciudad dormitorio, habiendo arrasado la implacable especulación del suelo nuestros más preciosos rincones.
Estas y otras noticias, como un telediario en papel pautado, es la misión de la «Antología de los Coros Carnavalescos Isleños», que agrupa a la treintena de aficionados al carnaval a cuyo frente Alfonso Serrano Cano y la inestimable colaboración de cada uno de los componentes, han conseguido dejar constancia de una época, de una forma de vivir y de actuar, en una palabra: de la Isa de los años cincuenta.
En el mes de junio, concretamente en la Semana Cultural del Colegio Público «Almirante Laulhé», aparecía en público, por vez primera, esta agrupación. De allí al Hogar del Pensionista, al C.P. «Manuel de Falla», al «Servando Camuñez», etc.
El repertorio que llevan está compuesto por tangos de «Los Pajes de la Capa Blanca», «Fakires de Oriente», «Bodegueros Andaluces», «Torreros de Singapur», «Enanitos del Bosque», «Los antiguos Pierrots», «Las Fichas del Dominó» y «Los lanceros bengalíes», todos ellos comprendidos en la época que antes reseñábamos y hasta 1963.
La culminación de los éxitos que ha venido cosechando esta Agrupación ha sido en su actuación hace un par de semanas en La Salle Viña de Cádiz y en la Peña «José Macías Rete», también en Cádiz, donde consiguieron tres premios, entre ellos, el absoluto.
La Antología ha editado un libreto en el que está recogido todo sur repertorio, así como los comentarios y reseñas de cada uno de ellos, los cuales son explicados en cada una de sus actuaciones. Su meta más inminente es la grabación de un disco o cinta, con el fin de que esta vaciísima recopilación de tangos, prensa hablada de otros tiempos, no se pierda en las memorias de los pasado sirviendo para que las nuevas gentes comprendan y recuerden cómo se vivía en la niñez de sus padres.
José M.ª Hurtado Egea.
Mirador de San Fernando, 22 de septiembre 1986.
El recuerdo de El Güichi de Carlos a Alfonso Serrano Cano.