Militares en la Isla

La salve marinera

El origen de la salve se remonta al final del primer milenio de la era cristiana; constando que los primeros cruzados la adoptaron como himno para ponerse bajo la protección de la Virgen, siendo muy usual su entonación en todos los ámbitos durante los mil años siguientes, incluyéndola León XIII entre las preces que deben recitar los sacerdotes al terminar la misa. Los navegantes españoles tuvieron, desde siempre, una especial devoción por Nuestra Señora, siendo el rezo de la salve una constante en nuestros barcos.

Tenemos testimonios como el de Colón que nos dice que el 11 de octubre, vísperas del Descubrimiento, habían cantado las tripulaciones la salve de costumbre. Alvaro de Mendaña hace constar en su libro de navegación que se rezaba en los buques con que salió a descubrir por el mar del sur, ante una imagen de Nuestra Señora de la Soledad.

En las instrucciones que “para navegar y pelear” dictó Manuel de Silva, se previene que “cuando en la capitana se dijese la Salve y pasare la oración al anochecer y por la mañana, lo ejecutarán todos los demás”, siendo por tanto muy antigua la tradición del canto de la salve en nuestra Marina, tanto al terminar la misa como en momentos especiales.

Por otra parte, esta costumbre entroncó con la devoción de la Virgen del Carmen, que trajo de Italia el marqués de la Victoria, arraigándose profundamente entre los marinos cuando, en 1768, se trasladó de Cádiz a la Isla de León el departamento marítimo, en donde había una hospedería y un convento de los Carmelitas, que estaban muy ligados con los marinos.

Hasta bien avanzado el pasado siglo, la oración no tuvo carácter uniforme, y entre otras muchas letras tenemos la de Ave Maris Stella de Cristóbal Castillejo.

Hay que esperar hasta 1942 cuando una Orden Ministerial de 16 de noviembre declara reglamentaria la Salve Marinera con la letra y música que hoy conocemos, y que se ha convertido en el canto por excelencia de las cuatro marinas españolas; si bien su cuna nada tiene que ver con la mar sino, con los campos de Navarra.

En un género musical tan español como es la zarzuela está el origen de nuestra salve, cuyas notas musicales resonaron por primera vez el 21 de diciembre de 1870 en el escenario del madrileño Teatro de la Zarzuela. Y decimos origen ya que si bien la música es la misma que la actual, la letra ha variado con respecto al original, al punto de que se trataba nada menos que de la Salve Estrella de los cielos cantada en la escena XIV de la zarzuela El molinero de Subiza, de la que es autor Cristóbal Oudrid y libreto de Luis Parada Martínez Eguilaz.

Fue Oudrid prolífico compositor compositor del género lírico, llegando a escribir un total de 98 zarzuelas, siendo El molinero de Subiza, su mejor obra, aunque más conocido por El sitio de Zaragoza que por ésta, ya que, debido su costosísima puesta en escena dejó de representarse. El argumento se basa en un drama que transcurre, durante el año 1134, en un pueblo de Navarra llamado Cuenca, y está ambientado en la rebelión de los nobles contra Ramiro el Monje y la coronación de García Ramírez, que en la obra se hace pasar por el molinero Gonzalo, enamorándose de Blanca, hija del conde Guillén Rotrón, que a su vez, se hace pasar por pastora. Molinero y pastora se enamoran ….. y ahí comienza el drama.

La salve maarinera. virgen del carmen de la esculea naval san fernando

La obra se convirtió en un rotundo éxito, permaneciendo en escena durante décadas. En una representación de la misma llevada a cabo en El Ferrol asistieron un grupo de guardiamarinas, pertenecientes a la fragata “Asturias, Escuela Naval flotante”, a los que impactó la música de la salve, adoptándola como propia para entonarla en momentos especiales tales como: exámenes, salidas a la mar o al despedirse de la Escuela Naval al terminar su formación académica alcanzando el grado de oficial, ante la imagen esculpida por Asorey. Sin ser conscientes de que la colosal obra de Oudrid se divulgaría, primero por un colectivo para el que no fue concebida, para después convertirse en una de las salves marianas por excelencia.
La Salve Marinera es una canción de singular belleza, en donde se conjugan sentimientos profundos de amor a la Virgen expresados de una forma viril con frases de hondo contenido poético, que se cantaba como dignísimo colofón a la celebración de la Santa Misa.

Es una composición coral que causa impresión a todo el que la escucha y que se solemniza aún más cuando el hecho sucede a bordo de un buque a la puesta de sol.

fragata asturias. la salve marinera. el güichi de carlos

Las oraciones y cánticos dirigidos a la Virgen del Carmen fueron variando, por lo que fue necesario establecer una normativa.

Por ello, una orden del Jefe de Estado Mayor de la Armada fija que:

<La salve que se cantaba en la fragata “Asturias” y hoy en la Escuela Naval y buques, con el transcurso del tiempo ha ido modificándose sensiblemente, dando lugar a diferentes versiones y falta de unidad de interpretación.
Propuesta por el Director del Museo Naval una nueva partitura, arreglo de la anterior, se declara reglamentaria para los buques y dependencias, así como la instrumentación realizada por el Director de la Banda de la Escuela Naval.
Una ves editada la nueva partitura será repartida a los buques y dependencias. Madrid, 16 de noviembre de 1942
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Letra de la Salve Marinera

La Salve marinera

Salve, Estrella de los mares,
De los mares iris,
De eterna ventura.
Salve, ¡oh Fénix de hermosura!
Madre del Divino amor.
De tu pueblo a los pesares
Tu clemencia dé consuelo,
Fervoroso llegue al cielo
Hasta Ti y hasta Ti nuestro clamor.
Salve….. Salve, Estrella de los mares,
Salve, Estrella de lo mares,
Si, fervoroso llegue al cielo
Hasta Ti, hasta Ti, nuestro clamor,
Salve….. Salve, Estrella de los mares,
Estrella de los mares,
Salve…Salve…Salve, Salve.

BIBLIOGRAFÍA.
Cuna campesina de la Salve Marinera. – Manuel Maestro. – R. G. M.
Salve Marinera. – Centro de Ayudas a la Enseñanza.

José Carlos Fernández Fernández.
José Luis Sánchez Montes de Oca
Juan Antonio Vijande Fernández.
Marcos Fernández Martínez
Jesús Jaen Serrano.

Asociación Isleña de Historia y Cultura “As de Guía”