Hermandad también bajo los palos
En la primera ocasión que tengo de manifestar mis opiniones en esta querida Revista dedicada al mundo de la carga, quisiera transmitir varios sentimientos que siempre he tenido sobre esta peculiar forma de expresar nuestra fe bajo los Pasos, donde portamos a los Sagrados Titulares de nuestras Hermandades y Cofradías.
Y el primer sentimiento debe ser el de gratitud a tantos y tantos hombres que, recogiendo la tradición de nuestros mayores, han sabido, manteniéndola en profundidad, transmitirla a los que han sucedido, conservando con ello una de las mayores raíces que tenemos en nuestra Ciudad, no solo en el mundo cofrade sino de todo tipo.
Hombres ejemplares que han sabido y ejercido el oficio, no sólo de cargar los pasos, sino también el de formar una sola persona con el resto de la cuadrilla. Un sólo hombre bajo la voz del mismo capataz, una familia que, como un sólo corazón, portan por nuestras calles y plazas las Veneradas Imágenes de las Cofradías de la Isla.
Sí, porque los cargadores de la Isla, los ejemplares cargadores de la Isla, siempre han sido merecedores del reconocimiento de propios y extraños ya que son los que han materializado por medio de las Cofradías, el llevar la fe y el mensaje catequétíco de nuestras Hermandades y cofradías a la calle.
No se podía haber llevado de otra forma, no se podía haber realizado de manera distinta, porque la carga de nuestros Pasos había nacido de esta manera por la propia configuración de la Ciudad, por el propio trabajo cotidiano de los hombres que se dedicaban en Semana Santa a este menester, por la propia forma de ser de la gente de la Isla, por la fe y el amor hacía las Sagradas Imágenes Titulares de las Cofradías y Hermandades.Pero, todo esto, que está bien, pues es bueno en sus raíces y es necesario y es lógico que de esta manera ocurriera, estaña falto de contenido si empezara y acabara solamente con el simple acontecimiento, aunque importante, de cargar los Pasos y lo mismo que pretendemos el mantener las raíces en la forma de la carga, también debemos comprender en profundidad, que formamos todos parte de unos cortejos penitencia-les donde, para cada uno, debe imperar una palabra y un testimonio; el de la Hermandad.
Todos y cada uno de los que trabajamos, de una forma u otra, en llevar a la calle la fe de nuestros mayores tenemos un compromiso ineludible con nosotros mismos y con los demás, porque el llevar sobre nuestros hombros a una Imagen Sagrada, Titular de una Cofradía, a la que, de alguna manera, pertenecemos, debe comprometernos con lo que estamos rea lizando individualmente como propio sentido penitendal y corporativamente
con nuestros hermanos de cuadrilla, con todos los hermanos que componen la estación de penitencia y con el pueblo que las contempla, a que todo ese conjunto de culto que elevamos al Señor, sea desde sus propias entrañas y desde lo más profundo de su realización, un acontecímiento de verdadera HERMANDAD vivida en ese momento de la procesión, pero también vivida durante todo el año entre TODOS los que de alguna manera colaboramos en que esos TITULARES procesionen por nuestras calles y plazas.
Pero en esto de la unidad y de la hermandad, los que hemos elegido este camino de salir al encuentro del Señor por medio de las Cofradías y de su mundo, debemos tener claro que todos somos corresponsales de la salud del conjunto, la de las tradiciones que es importante, pero mucho más importante es la de mantener el sentido de hermandad y fraternidad entre los miembros de cada Hermandad, de cada Cuadrilla, entre los miembros de las diferentes hermandades y de las diferentes cuadrillas.
Entre todos, cargadores y cofrades, cofrades y cargadores que unos sin otros no cumplirían la misión de conjunto que no es otra que la de dar testimonio del que hemos elegido como nuestro TITULAR; A Jesús y su Santísima Madre en las preciosísimas advocaciones de la Isla.

Sintamos en hermandad, vivamos la unidad entre todos y luego, siguiendo el mensaje de Jesús, del amor, por el que todos conocerán que somos sus discípulos, salgamos a la calle a dar testimonio del que es el verdadero AMOR.
Este es el deseo de vuestro amigo.
Ignacio Bustamante Morejón
Presidente del Consejo de HH. y CC.
Publicado en Boletín «Medio Ganchete» de la Cuadrilla de «Nicolás Carrillo». Año 1996