Los túneles de San Fernando, ¿realidad o leyenda?
De todos es conocido cómo se ha transmitido por tradición oral la existencia de túneles que atraviesan la ciudad de San Fernando en una u otra dirección. La fantasía popular ha dejado volar su imaginación conectando por medio de estos túneles conventos, iglesias así como el castillo y aún la zona del Cerro de los Mártires. Recuérdese las dos entradas que existían en el antiguo Canal y que según la tradición también tenía comunicación con los demás.
Pero fantasía aparte, no cabe duda que en el fono subyace una realidad que en el pueblo se ha ido transmitiendo de generación en generación. Muchos mayores recuerdan que estos pasadizos sirvieron durante la guerra civil para esconderse o poder escapar.
No tenemos noticias de qué época pueden datar estas obras subterráneas y si todas ellas corresponden a un mismo periodo o, por el contrario, obedecen a necesidades concretas de distintos tiempos.
La Guerra de la Independencia, en la que La Isla jugó un papel importantísimo, pudo ser un motivo más que justificado para construir este tipo de subterráneos, pero no el único. Sabemos que durante el siglo XVI La Isla de León se vio asaltada en diversas ocasiones. Por citar solo algunas fechas, en los años 1518 y 1522 los berberiscos desembarcaron con éxito en nuestras costas y en 1574 lo hicieron los turcos. Mención aparte merece el ataque anglo-holandés de 1596 en que tan valerosamente defendió el castillo el capitán Martín de Chaide.
LA ÚNICA RESPUESTA
El franciscano Fray Pedro de Abrey nos narra estos sucesos y los continuos ataques que sufrió el castillo por parte de los soldados ingleses al mando del general de artillería Cristóbal Blout, padrastro del conde de Essex. Dice que durante esos días intentaron muchas veces batir el castillo con gruesos escuadrones y cercándolo por todas partes. Continúa diciendo como el alcaide que lo guardaba lo defendió valerosamente matando desde las almenas a muchos enemigos, añadiendo textualmente: La poca gente que dentro tenía estaba tan amedrentada, que se le iba disminuyendo, tanto que fue día en que se halló solo con un criado suyo. Envió diversas veces a pedir al Duque de Arcos señor del castillo, le enviase gente de socorro. El Duque le remitió al de Medina como a General de toda aquella costa y que demandas y respuestas se pasó la ocasión… más adelante continúa… Despachó últimamente al Duque de Arcos dándole cuenta del peligro y estado en que estaba; respondió que pues no era posible defender la fuerza, lo dejase y desamparase. Tras estos comentarios cabría preguntarse: ¿por dónde saldrían los soldados que desertaban del castillo? ¿cómo se comunicaba el capitán Martín de Chaide con el Duque de Arcos? La única respuesta que se nos ocurre es a través de túneles.
PRUEBAS
Hay personas que en sus años jóvenes, han recorrido algunos tramos de un túnel existente en el castillo, auxiliados por rudimentarias antorchas confeccionadas por ellos mismos y que corrían hacia la entrada cuando estas se apagaban. Cualquiera de ellos podría señalar el lugar exacto donde se encuentra la misma.
En una obra reciente realizada en un bar de copas en la calle San Nicolás vuelve a aparecer la entrada de otro subterráneo que ha sido tapado con unas maderas para evitar el paso. Según palabras de los que lo encontraron, toma la dirección hacia la Iglesia Mayor. Con esto no quiero afirmar que llegue hasta ese lugar. Aunque habría que recordar que antes de hacerse las obras para acondicionar la San Cueva, realizadas en la década de los cincuenta, hay quién vio la entrada de un túnel situado al fondo y a la izquierda y que fue tabicado.
Recordemos que todos los que han estudiado en el Liceo han recorrido, hasta dónde la oscuridad y el miedo se lo han permitido, los túneles existentes en la Iglesia del Carmen.
En el tristemente desaparecido Mesón del Duque existían igualmente estos pasadizos que eran conocidos por muchos vecinos que allí vivían, quienes podían señalar donde se encontraba la entrada de los mismos. Cuando se realizó el derribo y la excavación para el garaje subterráneo, los vecinos colindantes recuerdan un gran estruendo (posiblemente la explosión de gases acumulados) que impactó en los desagües de la calle y de las casas, quedando al descubierto una entrada que atraviesa en vertical el Callejón de Croquer. Esta entrada, con arco de medio punto, fue rápidamente hormigonera por la empresa constructora. Estaba realizada con sillares de piedra ostionera, teniendo unas dimensiones aproximadas de un metro de ancho y unos dos metros y veinte centímetros de altura.
Creo que estos testimonios hablan por sí solos, y son una prueba elocuente de lo que nos han contado nuestros mayores.
TEXTOS QUE SE REMONTAN HASTA EL LOGAR DE LA PUENTE

Agustín de Horozco en su «Historia de la Ciudad de Cádiz» escrita a finales del siglo XVI dice: «[…] donde ágora es el castillo i puente de Suazo, junto al qual por todo aquel sitio e yo visto algunas cuevas i sotrerraneos con muchos cimientos, paredes i argamasas fortísimas, fraguadas ellas con ladrillos i casquillos de texas muy diversas de lo que se labra en esta edad, todo como rastro de ver estado allí grandes edificios, demas de que es aquella parte de la isla tierra apta i aparejada para semejantes edificios con mas i mejor agua que en toda ella, lo mas cerca del Andalucía, i por estar allí el camino ordinario para ella con el puente que da el paso de la una a la otra tierra…» El texto no tiene desperdicio. De una parte nos confirma la existencia de cuevas y soterraneos, y de otra la existencia de un núcleo de población, que bien podría ser el San Fernando medieval (Logar de la Puente) o quizás por la envergadura de las construcciones un asentamiento de una época más antigua.
Autor: Andrés Ruiz Pizones.
Transcripción de El Güichi de Carlos de la publicación en San Fernando Información.