La Fábrica del tranvía
La denominación de Fábrica del tranvía viene justificada porque esta industria tuvo su propia fábrica de electricidad, abasteciéndose de ella no sólo el tendido para los vehículos sino numerosos abonados a los que les suministraba fluido para sus casas o industrias. Por razones económicas la Fábrica dejó de funcionar a los pocos años y la Compañía de Tranvía estableció un contrato con la Sociedad “La Cooperativa Gaditana” para el suministro de la energía y alumbrado de sus abonados.

José Rosa Ramírez
La Fábrica del Tranvía y Cocheras en la fotografía de Quijano se situaba bajando a la derecha desde la calle Real por la actual Avenida de la Marina que en otros tiempos se le conoció como “Callejón del Liceo”.
La entrada de los tranvías se efectuaba a través de la calle Real (hoy existe verja color verde), y la valla que aparece como cerramiento a la Fábrica, se encontraba prácticamente pegada a la pared del Colegio El Liceo haciendo un callejón de arena y angosto que, ensanchaba a la altura de la puerta del recreo del Colegio hasta
llegar a los parajes de huertas que comunicaba con las albinas (hoy San Onofre) y camino del Callejón Nuevo (Santo Entierro). Este callejón permaneció hasta los finales años 80 del siglo pasado que se constituyó en una amplia calle.
En terrenos de la entonces Fábrica del Tranvía el año pasado (2005) se ha abierto la ampliación de la calle Batallones de Marina que comunica a San Quintín con la actual Avenida de la Marina.
La fábrica de los tranvías es una denominación popular que llegó a caer en el error a muchos isleños creyendo que en aquel lugar se fabricaban los tranvías en lugar de la electricidad que éstos necesitaban.
El güichi de Carlos
Junio 2006