La Semana Santa – Medinaceli – San Fernando
Empezaré siguiendo ese mismo orden, por lo que toca hablar de Medinaceli.
A las 18,45 horas del llamado lunes de oro, por motivos que ya explicaré, se abren las puertas de la Iglesia Mayor y se presenta ante una plaza de la Iglesia abarrotada de público, la cruz de guía de esta hermandad cuyo nombre completo es –Real, Venerable y Seráfica Esclavitud y Antigua Archicofradía del Santísimo Sacramento de la Inmaculada Concepción y Ánimas Benditas y Fervorosa Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús cautivo y Rescatado y María Santísima de la Trinidad- . Ahora se entiende el porqué se le llama El Medinaceli, ¿quién es el guapo/a, que se atreve a retener toda esa nomenclatura en la mente?
Por ejemplo a la pregunta ¿Qué procesiones salen hoy? La respuesta popular es: Medinaceli, Ecce Homo y Afligidos, sencillo ¿no?
Pues hablando del Medinaceli, ojú…. Hay tanto que decir de esta cofradía, que no se ni por donde empezar…. Bueno empezaré por lo más sencillo; Las túnicas, son negras de cola y faja de esparto con tres correas, el capirote largo, forrado en tela, con antifaz de color rojo, llevan guantes negros y están obligados a llevar zapatos y calcetines negros.
Esta Hermandad, procesiona con dos pasos, el del Cristo, que es nuevo desde hace dos años, (2007) y el de palio de Nuestra Sra. de la Trinidad y llevan normalmente la Agrupación Musical Virgen de las Lágrimas de la Hermandad de Columna, aunque este año ha llevado la de Humildad y Paciencia con el Cristo, y la Municipal de San Fernando, con la Virgen, (La Trini) todo un lujo.
Antes de que me aleje del párrafo donde describo la nomenclatura de titularidad de la Hermandad me voy a permitir el atrevimiento de contar la historia de parte de esa nomenclatura, y es que si alguien se ha percatado de la parte donde dice; …. “Jesús Cautivo y Rescatado” se preguntará el porqué de esa denominación, así mismo, porqué de Medinaceli….. o el Medinaceli, como dice también mucha gente.
El motivo hay que buscarlo remontándose en el tiempo, hacia los años de la dominación Árabe, (1600 – 1680) en cuyo momento, existían unas imágenes de Jesús Nazareno Cautivo y Maniatado, que se veneraba en casi toda España.
En «aquellos tiempos» los moros invadieron y reconquistaron de nuevo gran parte de sus antiguos territorios y varias mezquitas que los cristianos habían convertido en templos, a cuyos nuevos templos los Mercedarios y de las Órdenes de la Trinidad custodiaban en los aledaños de Madrid a una imagen de Jesús Maniatado, pues esa imagen y varios frailes fueron hechos prisioneros, otros murieron en la lucha por defender a esa venerada imagen. El caso es que en estas escenas aparece el Gran Duque de Medinaceli, quién con su ejército español invade y da muerte a esos moros recuperando a los frailes y a la bella imagen del maniatado y con ella rescatada, regresó junto con los frailes a devolverlos a un templo que se erigía en Madrid al que se le adosó una capilla donada por este Duque y allí depositó su rescatada imagen, que siguió siendo custodiada y puesta en cultos a los fieles, que desde entonces fue llamada la efigie El Cristo rescatado de Medinaceli.
Pronto corrió la noticia por toda España, y hasta los escultores, fueron a visitarla para hacer sus bosquejos, de los cuales, y de sus gubias saldrían, unas más bellas que otras “fotocopias” de esa original de Madrid, que una de las más parecidas fue la realizada por el escultor discípulo de Castillo Lastruci, José Romero Murillo.
Este escultor de los talleres sevillanos, realizó una gran obra maestra, y se la entregó en 1944, para veneración familiar, (antes se llevaba mucho esa costumbre de tener una capilla familiar en el propio domicilio, en cuyo altar se veneraba alguna imagen), por encargo privado de D. José Nieto Castañeda, quién en el año 1945, fecha de fundación de la Hermandad en San Fernando, la dona para la cofradía isleña, siendo su denominación oficial, Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, aunque ya las gentes llevaban tiempo llamándole el Cristo de Medinaceli.
La hermandad comenzó a gestarse a principios del año 1945, por un grupo de fervientes cofrades que ya lo habían intentado en la parroquia de San Francisco, entre los cuales se encontraba el propietario de la imagen, pero fue en la Iglesia Mayor donde cuajó la idea y es ahí donde se aprueba canónicamente la sede, y es en febrero de ese año cuando se deposita la imagen del cautivo, en el altar que era de la Virgen de las Lágrimas.
El 25 de marzo de 1945, efectuaba su primera salida procesional, y lo hizo con las túnicas moradas de la Hermandad del Nazareno, que se las prestó por no haber habido tiempo desde su fundación a la confección de dicha vestimenta.
Esta Hermandad del cautivo eligió el Domingo de Ramos para efectuar su salida procesional debido principalmente a que la imagen representa el momento de su arresto al principio de la Pasión, además solo salía ese día otra cofradía también de la Iglesia Mayor, la de Columna.

Pero hablemos ahora de la Virgen, había dicho yo, que desde su salida, esta Hermandad, sacó a la calle en procesión durante muchos años, un solo paso; el del Medinaceli, pues bien, en los siguientes párrafos, explicaré algo sobre como aparece la Figura de la Virgen de la Trinidad en esta cofradía y cuando procesiona por primera vez.

La Imagen de María Santísima de la Trinidad, aparece en esta cofradía, cuando una vez encargada su talla, y finalizada la obra, llega al almacén de la Hermandad de San Fernando, en Marzo de 1979, donde estuvo varios días hasta que fue trasladada al Convento de las Madres Capuchinas, permaneciendo allí custodiada
celosamente por las monjas, hasta el día 9 de Junio de ese mismo año, que fue llevada a la Iglesia Mayor, donde se la había preparado un altar para celebrar su bendición.
Al día siguiente, el Padre D. Ildefonso Pérez Alcedo, en un grandioso y emotivo acto, bendijo la tan esperada imagen de La Trinidad, coincidiendo casualmente con la presencia en sitio preferente la Virgen del Carmen que había sido traída a la Iglesia Mayor para participar en la salida del Corpus, que se celebraría al jueves
siguiente.
Durante todo ese día la nueva imagen ya bendecida, se quedó expuesta al público para besamanos y al día siguiente, fue trasladada a su altar que se le había preparado en el dintel de la puerta del lateral derecho de la iglesia, según se entra, quedando enfrente, el altar de su hijo, El Cautivo, donde está actualmente, pero con la pequeña capillita de altar muy mejorada desde entonces.
La imagen de la advocación de María Santísima de la Trinidad, fue encargada su realización a los talleres de los prestigiosos escultores sevillanos de D. Luís Álvarez Duarte, quién supo plasmar en madera toda una obra de arte.
Pero su historia procesional no había empezado aún, pues hasta que no dispusiera de un paso para su salida, el Cristo de Medinaceli continuó saliendo solo. La Virgen tendría que conformarse con salir en parihuelas en algún que otro Rosario de Aurora, así como su participación en los diferentes cultos internos, Besamanos etc., etc., hasta que por fin… el Domingo de Pasión del año 1984, se bendice un hermoso y elegante paso de palio, en el que por fin Nuestra Madre y Señora de la Santísima Trinidad, pudo ya ser montada para desfilar.
Efectivamente, fue el Domingo de Pasión del año de 1984, por la tarde, cuando el esperado paso de palio para la Virgen de la Trinidad fue bendecido. Este hermoso paso fue construido por el orfebre Manuel de los Ríos Navarro, de estilo renacentista y hecho de alpaca plateada, con 12 varales, que soportan a un palio de los llamados de cajón que era único en San Fernando, pues más tarde aparecieron dos más. El palio de cajón es aquel que tiene las Bambalinas en tela normalmente gruesa (terciopelo y sin ningún adorno) por lo que al estar cosidas sus esquinas y no llevar aberturas en sus extremos ni entre varales, no se mueven al paso corto y a las bandas, aunque sí puede llevar una crestería entre varales y unos cordones con caireles o borlones en los extremos además de flequería, normalmente, dorada en el dobladillo inferior de las bambalinas.
El Lunes Santo de 1984, por la tarde, la Santísima Virgen de la Trinidad sale por primera vez a la calle en procesión detrás del paso de su hijo el Medinaceli, que ya desde hacía unos años, había decidido cambiar de día la procesión, haciéndolo el Lunes y no el Domingo de Ramos, puesto que en ese día, estaba previsto que saliera la recién creada hermandad de Cristo Rey, (La Borriquita) y así, cruza por primera vez el dintel de la puerta de la Iglesia Mayor Parroquial, en su nuevo, bellísimo y elegante paso de palio, siendo recibida en la Plaza de la Iglesia, por una gran cantidad de público, el cual, la obsequió cuando salía, con una gran ovación, con lo que esos fuertes aplausos “taparon” el sonido de la banda que por primera vez le tocaba el Himno Nacional.
María Santísima de la Trinidad, en su itinerario, sube la calle Colón procedente de la calle Rosario, donde estaba ubicada la Carrera Oficial, para dirigirse al Convento de las Capuchinas, en la C/ Constructora Naval, donde fue esperada por un gran gentío que aguardaban para no perderse el acto de presentación a las monjas, un acto que desde entonces se ha llevado a cabo cada Lunes Santo de cada año estableciéndose así uno de los muchos momentos emotivos y que son propensos a que se le canten muchas saetas entre apagados toques de música, que hasta tienen que dejar de tocar para que se puedan oír a los saeteros, que año tras año, allí se congregan. Tras cinco años de espera, desde que la imagen de la Virgen que estuvo allí guardada y custodiada por las monjas, con este acto ellas pueden ver cada Lunes Santo a La Trinidad. Otro de los momentos más emotivos de nuestra Semana Santa.
Aunque sé que de Medinaceli se puede seguir hablando, largo y tendido, no debo hacerlo por motivos de espacio y de no pretender que esto se convierta en un libro, que podría, caer, hasta, en el aburrimiento, por eso a partir de los siguientes párrafos, voy a continuar con las otras procesiones que salen en el Lunes Santo, y lo haré con la Cofradía de Los Afligidos, o de Los Estudiantes, que de las dos maneras son
conocidas sus imágenes.
Para El Güichi de Carlos
Ligeros apuntes de nuestra Semana Santa.
La Semana Santa vista desde la acera
José Luís Leiva
Abril 2009