Huelga de Salineros
La huelga de los obreros de las salinas degeneró en un conflicto violento, con saqueos de comercios y ataques a viviendas de los propietarios.
Los hechos comenzaron cuando en San Fernando, llegaron a la tienda de vinos «La plata» en la calle de La Soledad, dos ayamontinos contratados en las salinas en sustitución de los huelguistas.
Al grito de «¡mueran los insurrectos!», se reunieron unas cien personas al tiempo que escapaban los ayamontinos.
Al poco tiempo el grupo de amotinados creció hasta el medio millar, la mayoría de ellos mujeres, muchachos y zagalones de quince a veinte años.
Apedrearon las casa de propietarios de salinas, rompiendo cristales y arrancando cortinas. Los ataques a las casas de los señores Lazaga, Horacio Pérez y Garrido Iquino fueron muy violentos . En casa de este último, una hija enferma de 22 años, murió al poco tiempo de la impresión.
Dirigía el motín una mujer de unos 35 años conocida como «La Benjamina» o «La rubia de la calle Comedias».
Los amotinados se ensañaron con el bazar de muebles y tienda de sombreros del señor Mora y Barbero en la calle Ramón Auñón, llevándose género y efectos. Tampoco escapó la casa del alcalde Señor Roldan, que fue apedreadas y sufrió daños.
En la calle San Diego fue saqueado un almacén de comestibles llevándose los revoltosos jamones, quesos, chorizos y otros artículos.
Uno de los trabajadores de Ayamonte se refugió en el Ayuntamiento, tratando inútilmente las turbas de apoderarse de él. De los 27 guardias civiles que prestan servicios, muchos estaban de vigilancia en las salinas próximas pero al presentarse en las calles de San Fernando, quedó restablecido el orden.
Resultaron heridos un auxiliar del Colegio de la calle Real, próximo al domicilio de García Iquino, con una fuerte contusión en la cabeza producida por una pedrada, y un guardia municipal herido también de una pedrada.
Dicen que hay otros contusos entre los mismos amotinados, que no se han presentado a curarse por no ser descubiertos.
La Sociedad de Obreros Salineros y cargadores y la Sociedad de Obreros barqueros han hecho constar que son ajenos al tumulto. Los propietarios del Concierto Salinero permanecieron reunidos durante los hechos.
Diario de Cádiz, enero 1902.
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El Güichi de Carlos. Historias de La Isla.