Cayetano Roldán. Alcalde y Médico de la Isla.

Cayetano Roldán Moreno nació en 1882 en San Fernando en el seno de una familia liberal burguesa típicamente gaditana. Su padre, al igual que él, era médico y, al igual que él, también fue alcalde, siendo una de las personalidades que más ayudó y benefició a San Femando. Aunque no había nacido en San Fernando, el padre de Cayetano Roldán , Manuel Roldán y Ramos defenderá a los isleños y sus intereses, realizando numerosas medidas en su beneficio, que mejoraron la ciudad. Algunas de las medidas querealizó aún hoy podernos contemplarlas como: llevó a cabo la construcción de la Glorieta, terminó la construcción del Ayuntamiento, creó el grupo escolar de la calle Colón, que hoy lleva su nombre, impulsó el progreso de La Carraca siendo el padre de los obreros en La Isla, etc.

Cayetano Roldán desde muy joven ya sabía cual era su verdadera vocación, por lo que pronto comenzó su andadura en el campo de la medicina. Como médico se codeó con personajes tan relevantes dentro del ámbito de la medicina como Ramón y Cajal, Marañen, etc. Llegando a tener reconocimiento en su campo, proponiéndosele incluso una serie de proyectos importantes, pero que él no llevó a cabo por amor a su tierra y a sus vecinos.

Se casó tras terminar sus estudios con Dolores Armario Domínguez llegando a tener una gran familia. Durante este periodo residieron en el número 46 de la calle Real (sede del actual Museo Histórico municipal de San Fernando), siendo una casa muy concurrida. Educó a su familia, al igual que lo educaron a él, en un contexto liberal, tomando dos de sus hijos el camino de las profesiones liberales. Su hijo Manuel siguió los pasos de su padre dedicándose a la medicina y su hijo Juan se convirtió en maestro.

Cayetano Roldán ejerció su profesión en el entorno de las Igualas Médicas (una especie de seguro de asistencia médica), aunque en muchas ocasiones no cobraba a sus pacientes, ya que trabajó sobre todo con población muy pobre de La Isla. Destacando aquí su gran humanidad, ya que decía: «¡Qué pasa! Se lo vas a quitar a tus hijos para dármelo a mí».

Por lo que nos ha llegado, era un hombre con una gran integridad humana que ayudaba en todo momento a los pobres, los obreros, (…), todos los necesitados de La Isla, tratándolos a todos por igual, ya que no concebía las diferencias de clases, estando por ello en la memoria de muchos -como cuando se recorría las calles de La Isla en su simón, para socorrer a alguna parturienta-.

FIGURA POLÍTICA

Su andadura política comenzó desde muy joven, ya que desde el seno familiar se le fue inculcando una serie de ideales liberales que, posteriormente, unido a la consecución de sus estudios, le hizo contactar con otros libre pensadores. Teniendo entre sus amigos a personajes muy ilustres de la política española.
Su vida dentro de un partido político tuvo como base el grupo socialista ejerciendo como concejal y luego, tras crearse en 1934 Izquierda Republicana, vislumbró que este partido englobaba todos sus ideales, por lo que se unió a él, formando parte del Frente Popular en San Femando, que llevó a las izquierdas a la victoria en la elecciones del 12 de Febrero de 1936, produciéndose su nombramiento como alcalde el 28 de febrero de 1936, por 25 votos a favor y una papeleta en blanco, y en el momento en el que se le declaró alcalde se produjeronn numerosos aplausos y algarabía por su nombramiento.

A partir del discurso de su nombramiento, Cayetano Roldán expresó todos los infortunios que tuvo que pasar en defensa de sus ideales, y también mencionó los sucesos de Asturias. Ya que su hijo Juan, el cual era maestro y debido a la Misiones Pedagógicas, se encontraba en Asturias desde antes de 1934. Allí se involucró en sectores políticos que lo llevaron a participar en las revueltas de Asturias en defensa de sus ideales. Debido a ello fue encarcelado, teniendo Cayetano Roldán que conseguir un salvoconducto en Madrid, para llegar a Asturias y sacar a su hijo de la cárcel y traerlo a Cádiz. Por lo que podemos observar hubo unanimidad y cordialidad en la elección, sin conflicto alguno, llegando a buen puerto a partir de la legalidad.

Durante su andadura como alcalde defendió fervientemente la República, ya que para él significaba la libertad y la legalidad, incentivando que la población conociese la labor que ésta estaba realizando por todos. Durante el corto espacio de tiempo, llevó a cabo algunas medidas, siendo la mayoría de ellas de carácter social: se encargó de la incautación de una serie de edificios religiosos para transformarlos en centros de enseñanza, ya que no había una economía fuerte dentro del Ayuntamiento que pudiera solventar esa cuestión. Esto ayudó o incentivó a la alfabetización y a crear una educación laica. También se encargó de acordar con los dueños de fincas su arreglo en beneficio de los obreros que vivían en ellas. Estableció del mismo modo un precio regulador para la venta del pan, llevó a cabo una serie de medidas de asistencia social y beneficencia, como los auxilios médicos, retiros de los obreros, etc. Para así socorrer y ayudar a la subsistencia de los más necesitados. Asimismo arregló un tramo de la Avenida de la República, realizó modificaciones en el uniforme de las fuerzas públicas, etc.

Una serie de medidas que beneficiaron mucho a San Femando, pero que al producirse el golpe de estado el 18 de julio se vieron truncadas, y no sólo la vida política sino también la vida humana.

UN TEMOR HECHO REALIDAD!

El 17 de julio de 1936 estallaría una rebelión contra la República ocasionada por numerosas causas tanto interiores como exteriores. Pero éstas no es excusa para que hermanos nacidos en una misma tierra comenzaran una cruenta guerra que duraría tres años y que se llevaría por delante a muchos seres humanos.

En Andalucía, la guerra pasó casi fugazmente -aunque empezó y terminó aquí-, pero no pasó así con la represión que fue durísima y traería con ella muchísimas muertes. Esta se caracterizó por ser más espontánea y menos controlada por los republicanos y más organizada y sistemática en el bando franquista, ya que iniciaron una nueva forma de lucha política, pues se van basaron en la aniquilación del adversario, no sólo políticamente, sino también físicamente (algo característico de los fascismo) . Siendo España el campo de prueba de esta nueva forma de hacer la guerra, en cierta medida un campo de concentración a gran escala, pero en el contexto de una guerra. Estando entre una de esas afectadas nuestra provincia, Cádiz, que aunque no sufrió tanto los estragos de la guerra, sí sufrió los de la represión, que serían mucho más cruentos.

De dicha represión indiscriminada apenas nos llega información -aunque sí hay constatación por otros medios-, aunque es normal debido a que «fruto de esta oteada de terror, muchas de las víctimas eran sacadas de sus casas o de las prisiones para ser asesinadas y enterradas en fosas comunes, sin identificación alguna y sin que los familiares sepan durante años dónde localizar a sus muertos», como bien nos expresa Alicia Domínguez.

LA ISLA EN GUERRA

El 15 de julio de 1936 fue la última vez que los componentes del Ayuntamiento de San Femando se reunieron (aunque entre ellos se excusaba el alcalde por desgracia familiar) . Fue una sesión normal, en donde se trataron al igual que tantas veces temas para el bienestar local. Por lo que, como observamos, no pasaba por su imaginación lo que les sucedería pocos días después. Un ejemplo de ello es que se acordó celebrar la Velada, aunque en sesiones antes se había acordado suspenderla debido a la falta de medios, ya que querían celebrar un acto «digno de la importancia de esta población». Pero finalmente se decidió celebrarla del 18 al 26 de ese mismo mes. El periódico La Correspondencia de San Femando del 17 de julio así lo recoge, dando el programa de la misma. Pero hay una nota que sí altera esa tranquilidad o normalidad como es el telegrama mandado por el Gobernador Civil de la Provincia, que está firmado el día 16 de julio por el alcalde Cayetano Roldán . Este telegrama podría ser un elemento que nos ponga en dirección a que aunque no se conocía lo que iba a suceder, sí se estaba iniciando el freno a los conflictos que se venían produciendo en toda España, que eran aislados. Por lo que cualquier tumulto, enfrentamiento, etc., que se produjesen serían penados por ley. Fue en ese mismo día cuando aparece en páginas interiores de La Correspondencia de San Fernando, dentro del apartado de Información local, como un artículo más, una entrega de mando. Dicha entrega de mando se realizaría por cese -por una orden superior, lo que nos hace pensar que vendría promovido por altas instancias- al teniente coronel Ricardo Olivera Manzorro, el cual fue muy importante un día después en la historia de San Fernando. Este artículo nos puede dar algunas claves, en relación de que Olivera Manzorro tuviera alguna actividad dentro de algún sector insurreccional. No queremos decir con esto que conociese o participase directamente en el golpe, ya que el golpe sólo era conocido por unos pocos. Pero sí su participación en otros grupos que había dentro del ejército, que no estaban contentos con la situación de España. Y debido a esto fuera cesado. Y también podría haber sido este cese el que le hubiera dado a Olivera Manzorro el elemento para actuar contra la ley, la República. Actuando más por iniciativas personales, que por ideológicas. Ya que, como veremos posteriormente, él no quiere atentar contra la República, sino contra la inmoralidad de España. Aparte de estos artículos, no hay ninguna constatación que haga pensar que tuvieran sospechas de lo que iba a suceder.

Cayetano Roldán Alcalde de la republica
18 de julio de 1936. Momento que es izada en el edificio consistorial la nueva bandera en sustitución de la republicana. Publicado en San Fernando Información.

Pero el día 18 todo se resolvió de la peor forma. A la vez que se producían los primeros festejos de la Velada, como aparece en Historia de. los pueblos de Cádiz, que describe el tradicional desfile de las tropas que se venían haciendo siempre en dichas festividades. Al finalizar, en la plaza del Rey, se procedió a la lectura del bando de guerra. Produciéndose la toma de todos los edificios principales de la ciudad por la Infantería de Marina, dando los sublevados la orden de suspender trabajos y cerrar colegios. «Estando al frente el teniente coronel —que recibió el mandato de ganar la Causa Nacional, en San Fernando-, llevando a su lado al comandante de Intendencia Ricardo Isasi -propuesto de antemano como alcalde, una vez derrocado el ayuntamiento legal- y seguido de su mismo cuerpo, García Calderón, se decide cumplir la orden de posesionarse en el Ayuntamiento». En donde le van a dar un ultimátum a la Corporación Municipal, que estaba reunida en esos momentos (El alcalde D. Cayetano Roldán , intentó reunir a lodos los concejales convocando una reunión (…).Debido a esta situación, la angustia se apoderó de la ciudad, pues unido a la salida del ejército, también había grupos de falangistas que ocuparon del mismo modo la ciudad, disparando y desafiando, ya que se sentían protegidos porque tenían a los militares respaldándolos.

Tras detener de forma violenta -fueron cacheados, luego detenidos, insultados y maltratados, entre ellos al alcalde- a la Corporación Municipal, van a instaurar el nuevo Ayuntamiento y sustituirán la bandera tricolor por la rojigualda, comenzando a partir de entonces una nueva etapa en San Fernando, la de la represión. Pues, según Casado Montado, «la noche del 18 al 19 nadie durmió en La Isla porque se disparaban tiros por doquier, con objeto de sembrar el miedo e impedir que huyeran los afiliados a los sindicatos y partidos políticos, y poder cazarlos a todos y fusilarlos, como así lo hicieron. Puertas cerradas y trancadas y calles desiertas, solo vigilada desde el interior de las ventanas, visillos mismamente levantados. Empezaba el terror, el horror (…)».

Aunque la ciudad desde un primer momento fue sometida, hubo sectores que resistieron aunque posteriormente serían reducidos. Sobre todo una de las resistencias más brutales fueron las de las dotaciones de los buques Launa y Cánovas del Castillo, aunque pronto fueron sofocados.

Sucesos que durarían hasta el día 20, fecha que sería el comienzo del fin, estando ya San Femando en la retaguardia, mientras el frente avanzaba. Servirían San Fernando y los isleños de carne de cañón en el conflicto, produciéndose la demanda por Olivera Manzorro de que todos los componentes del ejército que estuvieran de vacaciones se incorporaran a sus cuerpos con toda urgencia, como así se constata en una Orden de la Comandancia Militar publicada en la edición de la Correspondencia de San Femando.

La primera sesión capitular del nuevo Ayuntamiento se llevaría a cabo el día 21 de Julio, en donde actuaría como presidente «el comandante militar de esta Plaza. Ricardo Olivera Manzorro» -como así se autodenominó—, y entre sus asistentes estaría Ricardo de Isasi Ivison, que sería nombrado alcalde. En esta sesión. Olivera Manzorro daría las claves de su colaboración en la implantación del golpe en La Isla, en la que da la justificación del «glorioso movimiento», que consiste en instaurar en España «una República honrada y digna».Y como colofón realizaría un ¡Viva España! ¡Viva la República!, (última palabra, que aparece tachada).

Como observarmos, este Gobierno municipal golpista, primigeniamente, no tenía entre sus miras ia instauración de una dictadura, sino recomponer una España que, desde sus filtros, necesitaba una remodelación. Habiendo sido la única alternativa la insurreccional, ya que desde el interior no lo pudieron llevar a cabo (que ya intentaron realizar en el llamado «bienio Negro»). Pero desde la visión de Casado Montado estos ¡Vivas a la República! -pues los primeros días se presentaron como salvadores de ella—, no eran más que un vil engaño que causó la muerte de muchos incautos, confiados e inocentes.

EL FUSILAMIENTO

Nos adentramos en la fase más cruenta, el periodo en el que el miedo se apoderó de los isleños. Ya que la represión sería la única que pasearía por las calles de San Fernando. Siendo los primeros meses del conflicto los más dolorosos, debido a los numerosos asesinatos que se llevarían a cabo en nombre de la ley. En los que impunemente sacaban a las personas de sus casas o de las prisiones, y con alegaciones banales, se les acababa matando al pie de fosas comunes. Bien conocido es por muchos isleños cuales eran esos lugares como la tapia del cementerio, donde asesinaron a Cayetano Roldán, en el caño de la jarcia cerca de la Carraca, en las Canteras de Puerto Real, etc., en estos lugares acabaron bruscamente con la vida de muchos semejantes isleños. Y también es bien sabido, quienes eran los que se encargaban de sesgar las vidas de sus vecinos, pero el miedo y la impotencia y luego el pacto del olvido hiizo que esos actos no quedasen penados. Todas estas muertes sumieron a San Fernando, al igual que a muchos otros pueblos de la provincia, en un periodo muy sombrío basado en el silencio.

El ritmo de asesinatos en La Isla fue vertiginoso en el año 36, contabilizando a partir de la obra de Casado Montado hasta 133 -desde que se produjo el primer fusilamiento tres días después del golpe- durante los cinco meses siguientes del alzamiento. Entre todas estas víctimas estaba Cayetano Roldán y sus tres hijos varones.

Su agónico vía crucis hacia la muerte comenzó el mismo 18 de julio cuando fiíe detenido en el Ayuntamientojunto a otros compañeros, siendo encerrado en la prisión del Ayuntamiento, sufriendo tanto antes como durante su encarcelamiento numerosos daños, humillaciones, etc., hacia su persona. Mientras tanto,su hogar en la calle Vidal, unido al encarcelamiento del cabeza de familia, se vería sumergido en una vorágine de sucesos encadenados que destrozarían a la familia por completo. En esos momentos en el hogar familiar sólo estaban sus tres hijos varones, Manuel de 28 años, Juan de 26, y Cayetano de 19, su esposa Dolores y tres de sus hijas pequeñas, Clara de 23, Carmen de 20 y Lola de 13. Su hija mayor, Catalina, de 24, se había casado pocos meses antes y se había ido con su marido, el cual había sido destinado a Málaga. Con ellos también se encontraba su hermana Teresa de 18 pasando una temporada. Tres días después del golpe entrarían en su hogar de forma atronadora, llevándose a los tres hijos varones y agrediendo incluso a las mujeres que se encontraban en la casa. Los tres hijos de Cayetano Roldán fueron encerrados al igual que su padre en ia prisión del Ayuntanúento acusados de pertenencia a la masonería, principal fundamento en esos momentos para acabar con una persona. Pero su calvario no duraría mucho más pues a mediados del mes de agosto serían fusilados. A las claras del alba fueron sacados los tres hijos junto con cinco inocentes más, llevándolos hasta Puerto Real y en el pie del Pino Gordo en las Canteras fueron fusilados. Los tres hermanos morirían abrazados.

Como nos comenta A. Domínguez «tan satisfechos quedaron sus asesinos por la manifestación de religiosidad que en último extremo habían tenido que el capellán que los auxilió espiritualmente se preocupó de consignar en el libro de enterramientos de la iglesia Mayor que fallecieron en la noche del 15 al 16 de Agosto retractándose de la masonería». Como observamos, la iglesia en San Fernando, representada en la figura de don Recaredo, desde el primer momento estuvo del lado de los golpistas en lugar de ayudar a los ajusticiados injustamente.

Cayetano Roldán seguía encarcelado sin conocer la suerte que habían corrido sus hijos y la de muchos otros isleños, que al igual que los hijos de Cayetano Roldán serían asesinados en los primeros meses del alzamiento.

 Cayetano Roldán Médico Cirujano.

Médico Cirujano. Anuncio en Guía Anuario de San Fernando y del Departamento de Cádiz año 1931. Fotografía www.elguichidecarlos.com

El 28 de octubre de 1936 fue el día elegido por lo verdugos para acabar con la vida de Cayetano Roldán Moreno, de 54 años, el alcalde legítimo de San Fernando, el último alcalde la República en San Fernando. ¿Por qué tardaron tanto en asesinarlo? Fueron 112 días en los que lo mantuvieron en cautiverio. Podría ser debido al temor de que al enterarse la gente de la Isla se levantarán contra ese suceso y, por eso, se tardó más, para «apaciguar» a la gente y que no hubiese altercados. También podría ser porque aprovecharon su cautiverio para aplicarle tortura y sacarle así información. Lo cierto es que lo asesinaron finalmente de una forma vil y cobarde.

Moriría junto con seis personas más que venían del Penal de la Carraca, subiéndolo al camión a las seis de la mañana, llevándolo a su final, el paredón del cementerio. En sus último momentos se dirigiría a uno de sus verdugos, según cuenta Casado Montado:

«Me vas a quitar la vida a mí, que te saqué del vientre de tu madre. Bien, hacedlo, pero a mis hijos no tocarlos, por favor, que son inocentes. El verdugo maldito, le contestó con sorna inaudita, ¡pero si ya hemos matado a los tres! (…) una vez supo la muerte de sus hijos (…) dejó de sentir. (…). Anduvo erguido y digno hasta la pared esbozando una media sonrisa de resignación y le dirigió una mirada sin odio, tal vez de perdón, (…) a los asesinos(…)».

Como observamos, los verdugos ante sus víctimas actuaban con una gran prepotencia debido a que se sentían respaldados en todo momento. Por lo que al no temer en ningún momento un castigo por sus actos, su violencia inusitada continuaría asesinando a muchos isleños inocentes más. Y no sólo eso, ya que comenzarían otra serie de tropelías, pues con la familia del alcalde Cayetano Roldán no se saciaron sólo con matar a cuatro de sus miembros, sino que además de las vejaciones morales a las que fueron sometidas las mujeres, se une que le impusieron una multa de 5.000 pesetas, lo cual era una cantidad importante en esos momento. Y sin cabeza de familia que se hiciera cargo, aún resultaba más difícil hacerse cargo de ella, por lo que tuvieron que ser ayudados por otra familia de San Fernando, los Núñez Limón para salir adelante. Y huir a Zahara de la Sierra y Jerez.

LOS JUICIOS DURANTE LA DICTADURA

El golpe y posteriormente la dictadura ejercieron la política de la represión y de la aniquilación del adversario para así no tener ningún tipo de resistencia. Una de esas resistencias sería la masonería, catalogándola como un mal a eliminar. Por lo que es aquí donde encuadramos estos juicios en el interés del franquismo en desviarla mirada de los sucesos que se producían en el país, unido a intentar dar tintes legales a los asesinatos que se habían producido en la guerra.

Patricia Fernández Marín
Publicado en San Fernando Información
Octubre 2007