El Canal

En las cuevas existentes en la huerta llamada del Canal (hoy calle “Ana Mariscal” aunque para todos era “Anita” a pesar de la edad) se guarnecían de la climatología innumerables pobres que al abrigo de la climatología y las lluvias, hacían de aquel lugar sus moradas.

Allá por Diciembre de 1903, las excavaciones de los terrenos pusieron al descubierto unas piedras labradas que unos cuantos de los que allí se refugiaban trataron de extraer casi con toda seguridad para ser vendidas, pero cuando ya la tenían casi conseguidas, ocurrió un desplome del terreno que les sepultó, poniendo en peligro la vida de aquellos desgraciados –como decían entonces-.

A los gritos de socorro acudieron los colonos de la huerta y de las colindantes, quienes después de laboriosos trabajos con éxitos, extrajeron a los sepultados por las tierras.

Limpiada la cueva de escombros, pudieron comprobar que la piedra que habían intentado conseguir los allí albergados, era la entrada de una galería en la que abundaban sarcófagos antiquísimos de piedra labrada. Destapado uno de ello se vio que contenía un esqueleto, varias monedas fenicias, lámparas sepulcrales, anillos, etc.

Como realmente era un tesoro encontrado, el dueño de la huerta mandó desalojar a todos los pobres para realizar los trabajos que ponga al descubierto las verdaderas riquezas arqueológicas.

Al día siguiente, cantidad de gentes solicitaron permisos para ver la cueva del Canal adquiriendo algunas monedas y anillos a precios verdaderamente módicos.

Un accidente que pudo haber tenido consecuencias desagradables a unos cuantos desherados de la suerte que allí estaban, motivó el descubrimiento que tanta importancia tuvo para la historia de San Fernando el conocer los pobladores de estas tierras.

El Canal. Barriada de La Isla