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Día de Reyes

cabalgata de reyes.

Corría por aquel entonces las fiestas de Navidad y Reyes del año 68 (siglo XX). Sólo hace 39 años.

Las calles de la Isla resplandecen iluminadas ofreciendo una emotiva impresión en su principal arteria. Aquella que desde siempre ha sido llamada camino o calle Real.

La iluminación navideña había comenzado sobre 1962 en las calles comerciales: Rosario y San Rafael (Calvo Sotelo y Falange Española respectivamente en aquellos años).

Un gran árbol de “Noel” con motivos navideños se había instalado en la “torta” de la Plaza de la Iglesia. La calle Real comenzaba por aquel entonces a tener sus primeras iluminaciones en el tramo comprendido entre la Plaza del Rey y la susodicha Plaza de la Iglesia.

Los industriales adornaron sus escaparates con las clásicas guirnaldas, bolas decorativas de colores, luces de campanillas, manzanas y figuras representativas de Belén. Los amantes de la tradición – algunos lo ven como freno al progreso, y otros, cómo la pérdida de entidad propia y falta de cultura popular -, montaron Belenes espléndidos en sus casas. En los patios de las casas de la Isla, encima de la cómoda o aparador y cualquier otro lugar en las casas, los extensos belenes hacía crear ambiente navideño acompañados de los villancicos que sonaban de los “picús” o directamente a través de Radio Juventud de Cádiz de los viejos aparatos de radio, adornados con el “pañito de croché y la muñeca flamenca de Marín”.

Carroza de camellos de los Reyes Diseño del cañaílla Manuel Guerrero. Publicado en Mirador de San Fernando.1969

En “aquellos tiempos”, en las calles no sonaban mediante megafonía los célebres cánticos navideños. Esto fue invento de la Asociación de Comerciantes de San Fernando (acosafe) allá en los finales de los años 80 y principio de los 90.

Las Navidades de aquellos años eran de Paz y Fraternidad. En las casas los padres é hijos esperaban el día para “montar” el Belén. De aquellas viejas cajas de madera que desde el pasado año se encontraban almacenadas en los roperos o covachas. Salían con sumo cuidado cada una de las figuras de barro envueltas en papel de periódico como protector de las mismas. Las madres y los abuelos alrededor de la mesa de camilla a la luz de las velas y el brasero de carbón que, con la “paleta o soplaor”, “revivían” de vez en cuando, la lumbre que calentaban los pies.

Una vez acabado el Belén, toda la familia alrededor del mismo, con panderetas, zambombas, botella de anís, castañuelas y cuantos instrumentos se poseyese. Los ancianos de la casa, padres é hijos, cantaban villancicos para celebrar la venida de Jesús. Por aquellos tiempos ya se comenzaban a instalar los árboles navideños pero, para nada, se sustituía por el Belén.
Los más jóvenes salían en pandillas por las calles cantando de casa en casa y llevando la alegría de la fiesta a los vecinos más adultos que, por aquello de los avatares de la vida, las penas no se las quitaban ni en Navidad. A pesar de todo, ya existían algunos que otros bailes públicos.

Aquellas Carrozas de los Reyes Del libro «Evocación de un Siglo» de Quijano Párraga.Todo un clásico para conocer la historia de nuestra tierra.

En “aquellos tiempos” la Empresa Nacional Bazán – ¡hay cuanto te echamos de menos¡-, mostraba en un escaparate de la Isla, los regalos que sortearía el Grupo de Empresa entre sus afiliados. El acto se celebró en el Colegio Ntra. Sra. Del Carmen (La Salle chica) que con el patrocinio de esta empresa, se construyó en el Patio del Toro de la calle San Cristóbal, y subvencionaba la enseñanza a los hijos de sus empleados.
Los regalos consistían en Frigorífico, estufas, cocinas de gas, máquinas de afeitar, tocadiscos, etc. Todos aquellos elementos que, la mayoría de las casas de la Isla, aún no podían poseer. El total del los premios ascendía a 175.000 pesetas de la época. Todo un capital. Hoy, escasamente 1.000 €uros.

Operarios de las oficinas de la Empresa Nacional Bazán en la Salle «chica» durante la celebración. En el centro sentado, Francisco Fernández de la Corte, quién ha cedido la fotografía.

La Dirección de la empresa sorprendió con un regalo sorpresa. Todo un reloj de oro se sorteó y fue agraciado el productor D. Manuel Rey Panellez.
La tarde finalizó con actuaciones, invitación y otros que agradaron a todos los operarios bazaneros del Consejo.

Los padres hablaban con los Reyes Magos en la Juguetería Salas, La Perla, Refino de la Corte; etc., y “guardaban celoso los regalos que, para nada, habían observado con antelación aquellos niños de la Isla. Se esperaba con ilusión a la tarde noche del 5 de enero, donde las carrozas de los Reyes Magos, cuyo diseño, aquel año, era del cañaílla Manuel Guerrero, no pudieron desfilar debido a la gran tromba de agua que cayó aquel Domingo de enero de 1969.
Por supuesto que SS.MM. fueron recibidas y cumplimentaron al Capitán General en el edificio de la calle Real. Asistieron a la Iglesia Mayor a adorar al niño de su Belén. Visitaron a las ancianas del Hospital de San José –en la plaza del mismo nombre- y, como no, repartieron los juguetes en los locales de la Jefatura Movimiento de aquellos años.

Operarios de las oficinas de la Empresa Nacional Bazán en la Salle «chica» durante la celebración. En el centro sentado, Francisco Fernández de la Corte, quién ha cedido la fotografía.

Los cañaíllas de de los años de los “guateques” veíamos cómo nos implantaban la novedad del árbol de Noel en los últimos años. También los de hoy, diciembre de 2006, vemos cómo se incorpora un nuevo desfile con carroza incluida para “Papa Noel”. Todo ello, patrocinado por la incultura de nuestras tradiciones que han mostrados los Gobiernos municipales en ocasiones y que ven, en el personajillo de la Coca-Cola, toda la leyenda y tradiciones de su pueblo. Igual que hicieron aquellos “barandas” de los sesentas, liando a las generaciones de niños que hoy son hombres, algunos de éstos, confundidos desde pequeños, introducen a un individuo que nada tiene que ver en nuestra Navidad. En la Isla, al menos. ¿Qué harán los niños de hoy dentro de 25 años?

Siglo XIX

En 1888 en el Asilo de Infancia que sostenían las Señoras de la Conferencia de San Vicente de Paúl en la calle Real –en Borrego- que se conocía como la Casa Honda, se celebró una fiesta infantil con comida incluida para los niños allí recogidos.
La invitación se realizó a las personas caritativas de la ciudad para que no dejasen de asistir con sus pequeños, estos, tendrían la oportunidad de obsequiar a sus “hermanitos pobres” con dulces o juguetes, correspondiéndoles con afecto y gratitud los allí recogidos.

Siglo XX

Los niños/as y jóvenes de hoy expertos desde temprana edad en el mundo de, internet, Chat, MP3, GPS, y todas las definiciones que les quieran dar, desde pequeños han practicados con juegos de estrategias y verdadera resolución de ingeniería informática en sus casas. No se pueden hacer una idea de los “reyes” que les echaban a las niñas/os de las Isla en décadas precedentes por el día de Reyes /cuya competencia era Santa Claus o San Nicolás. Para nada existía en la Isla Papa Noé, que no regalaba a los niños españoles. Este es otro de los inventos americanos que se ha penetrado en nuestras costumbres.

Caballos de cartón; coches de madera; trenes de lata; muñecas de trapo y cara de cartón /duraderas hasta la hora de lavarlas/, y la famosa Mariquita Pérez; Pistolas de trique-traques; el Fuerte Comansi con sus “convoys”; El autodirigido Tiburón Citroën Payá con 50 centímetros de cable; los cromos de la colección del momento; Los juegos reunidos Geyper; Los mecanos con sus dificultades; y por supuesto que no faltaban para las niñas, aquellas cocinas con todos sus accesorios y las mariquitinas.

A los dos o tres días se perdían los “reyes”. Los guardaban los padres hasta los próximos reyes, antes de que se partiesen. Muchos. Bastantes niños no sabían que era tener un juguete (que más da) nuevo o usado. Lo primordial era recibir la ilusión. Los niños de “aquellos tiempos” (hasta la década de los 60 siglo pasado), pedían por pedir, que los Reyes “echaban” lo que querían.

Día de Reyes en San Fernando 1974
1974 Los Reyes Magos en Capitanía General. D. José Mª Pena. D. Fco. Gutiérrez Macías y D. José Martinez encarnan a Melchor, Gaspar y Baltasar. En la fotografía por la izquierda D. Rafael Soto -Delegado de Fiestas-, D. Rafael Barceló -Alcalde- D. José Mª Pery Junquera -Capitán General- Almirante de la Carraca y D. Francisco Elizarde -General del TEAR-, acompañados de las respectivas esposas. Fotografía cedida por Gutiérrez Macías.

1974 Los Reyes Magos en Capitanía General. D. José Mª Pena. D. Fco. Gutiérrez Macías y D. José Martinez encarnan a Melchor, Gaspar y Baltasar. En la fotografía por la izquierda D. Rafael Soto -Delegado de Fiestas-, D. Rafael Barceló -Alcalde- D. José Mª Pery Junquera -Capitán General- Almirante de la Carraca y D. Francisco Elizarde -General del TEAR-, acompañados de las respectivas esposas. Fotografía cedida por Gutiérrez Macías.

No visualizaban los folletos publicitarios con juguetes. No existían. Los padres no les llevaban a los bazares y refinos (hoy centros comerciales) para verlos, tocarlos, incluso montar. Los Reyes Magos existían y no debían los mayores descubrir la ilusión.

A lo sumo, los más mayorcitos pasaban horas detrás de los escaparates de los refinos de Ruiz en la calle Rosario. Los bazares Español é Iris en la Plaza de la Iglesia; Imprenta La Voz; Casa Juanito Medina, en calle Real frente Diego de Alvear. La Perla Oriental y La Perla en San Rafael. Casa Salas en la calle Real esquina a San Diego. Casa Valle en Rosario esquina a Murillo. Refino de la Corte esquina Real con Dolores (hoy García Bozano). Para los que podían recibir una bicicleta, Casa del Policía en la calle de los arbolitos –González Hontoria- y Ruceco. Pero también, algunos recibieron 2,50 pesetas(*) para alquilar durante una hora en “Casa Vila” – calle Muñoz Torrero /hoy García de la Herrán- una bicicleta y correr hacia el barrio para enseñarla a los amigos.

1968 El Rey Mago en la calle Rosario. Fotografía cedida por Antonio Bordés Benítez.

La paga de Pascuas que recibían nuestros antepasados –los que trabajaban en organismos municipales y militares- ni tan siquiera cubría momentáneamente algunas que otras necesidades que tenían en las familias. Los atuendos y calzados duraban años necesariamente y no importaba la época estival que fuese. Aquellas grises camisas y ropas añejas remendonas eran de penuria tanto en invierno como verano.

El Güichi de Carlos. Historias de La Isla

(*) 2,50 pesetas = + – 1 o 2 céntimos de €uros.