El Real Carenero construido al pie del caño de Sancti Petri, junto al Puente Zuazo, es uno de los exponentes más claros de la importancia que la industria naval tuvo para la zona. Desde época de Alfonso X el Sabio, y tras la reconquista y repoblación de la bahía el sector naval se potenció para apoyar la los diferentes proyectos de expansión marítima. Posteriormente, el descubrimiento y el comercio con el Nuevo Mundo aumentaron las actividades navales en la bahía a la vez que facilitaron el crecimiento de este carenero.

Con la dinastía de los Austrias el Carenero fortaleció su desarrollo pasando a ser denominado desde entonces Real Carenero. Las principales actividades se centraron en las fábricas de motonería, las de lanas, y jarcias, los almacenes de aprovisionamiento y las instalaciones de carenas.

Más tarde, con la llegada de los Borbones tomó un nuevo impulso. Felipe V durante la Guerra de Sucesión preparó en el Real Carenero las expediciones para el sitio de Barcelona. Desde 1717, momento en que se traslada a Cádiz desde Sevilla la Casa de Contratación, y con la posterior creación del primer Departamento Marítimo de España en la Isla de León, el Real Carenero vivirá su período más significativo. Estas circunstancias junto a la actuación del recién nombrado Intendente General de Marina don José Patiño determinaron la gran transformación en la zona. Patiño reforzó y amplió el Real Carenero mientras preparaba el proyecto del futuro Arsenal de la Carraca. Esta última sustitución se hizo para conseguir una mayor protección ante ataques enemigos. Para ello contó con la ayuda de Ignacio de Sala quien desde 1717 era encargado de los Arsenales de la Marina de Andalucía, aunque de sus modificaciones apenas se tienen datos.

En la actualidad, subsisten la iglesia y algunos almacenes prácticamente en ruinas aunque todavía conservan parte de su antigua estructura. La construcción mejor conservada es la de la iglesia. Su fachada queda enmarcada entre pilastras sobre las que descansa la cornisa. El remate se hace en forma de frontón partido, en cuyo centro hasta no hace mucho estuvo colocado el escudo borbónico del que hoy in situ sólo quedan los dos pequeños pedestales de las estatuas que lo flanqueaban. En la actualidad las esculturas se hallan en el Museo Municipal.

A partir de su reemplazo por el Arsenal de la Carraca, el Real Carenero comenzó su declive pasando a ser propiedad de particulares que no siendo consciente de la importancia que el Conjunto tenía para la ciudad permitieron que su estado fuera deteriorándose cada vez más hasta presentar el aspecto de abandono total que dificulta la comprensión de su significativa relevancia en el devenir histórico de la ciudad.

Una política cultural que sienta verdaderamente el patrimonio histórico de la ciudad como un bien a consolidar deberá plantearse urgentemente como uno de sus fines primordiales la restauración de este importante conjunto arquitectónico que fue sin lugar a dudas el foco principal de atracción poblacional a partir del cual crecería la actual San Fernando, aún a sabiendas que en la actualidad no está dentro de su territorio municipal.
Editado Patrimonio Histórico Artístico
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