los destinos de san fernando

Los destinos, empleos y bienestar durante aproximadamente 285 años a los cañaillas » destinados (trabajando) en las dependencias militares » y a los que han repercutido en puestos de trabajos indirectos.

En San Fernando vivíamos de…

El sueldo proveniente de un empleado o militar ( marinero, infante o del ejército) se gastaba en la Isla.
Desde que un «pelón» salía del «cuartel», se abastecía en su entorno una serie de «comercios» y «establecimientos» que «se ganaban la vida con ellos»:

Desde la fonda de «Correo»; «Hostal Los Angeles»; «Pensión Africa»; «Las Siete Puertas» y otros donde se desvestían del uniforme. Los más pudientes en las «casas alquiladas».

La «barbería» que le hacía mejor pelado (con patillas) que el recibido en el «cuartel» que la maquinilla eléctrica «hervía».

El «bar» donde tapeaba, merendaba y los restaurantes de «comidas económica», con los bocadillos kilométricos.

La entrada al cine «Almirante», «Madariaga» o «Cine Curro». Las «pipas» y el «cigarrito» en el «carrillo».

El coche de «Melendez» y el taxi. «El chulo» o «trolebús» para llevarlo al «cuartel».

Las copas en la discoteca «Mobydick», «Papillón» «Don Lito» y los «güichis» frecuentados por los «pelones».

El recuerdo de la Isla, la postal, y la fotografía vestido de «pelón» con mirada de «coronel», en casa de «Quijano», «Nicolás» «Valverde» «León al minuto» y otros más.
El de los mantecados (helados) en los «carrillos» de la Plaza del Rey. «Los Hermanos Picó».

El de la papelería imprenta «La Voz»,» «Imperial» con la venta del sobre y la carta para la familia, y los impresos para las dependencias.
Joyería Benito, con los grabados y recuerdos de las visitas de la casa Real, Altos Mandos extranjeros y recuerdos a los mandos al ser destinados a otros destinos.

Droguería «La Inglesa»; Ferretería «El Bazar Inglés; y «Casa Narciso»; con los químicos, pinturas, herramientas; etc.
Garófano el zapatero remendando las botas reglamentarias.

Los chapistas y mecánicos que reparaban los viejos coches militares.
Alfredo «el de las gomas» reparando pinchazos de los viejos vehículos grises con matrículas FN (fuerzas navales) o ET (ejército de tierra).

El del Siglo, con la venta de uniformes,gorras, guantes, galones, condecoraciones, sables, banderines y banderas. Los banderines «tiesos» con el escudo nacional para los viejos vehículos Dodge Dart de los almirantes.

Todos los que hacía «el agosto» a lo largo de los tres kilómetros de la calle Real en los días de desfiles militares. Las fuerzas militares con escuadra de gastadores, compañías, carros de combate, tanques, Cuerpo de la Guardia Civil, y Ejército de Tierra acompañado de los famosos Regulares y Legionarios.

Y no digamos cuando había Jura de Bandera. Cada trimestre había dos actos castrenses. Los de Marinería eran más populosos, y otro, del Ejército en Camposoto.

Aquí comían en «Buenavista»; «Nanay»; «La Alhóndiga» «La Primera de la Isla», «El Sol de Andalucía»; «La Tienda Chica»; y otros tantos hoy desaparecidos.

«Paco el churrero» con sus respectivas ruedas para mojarlos con el café.

De la plaza y freidores, el bienmesabe de «Lobato», «Collantes» «Prado» «Núñez» «Bey».

Los «pescaores, mariscaores, gusaneros, camaroneros, salineros, biñoqueros», porque a los que no son de la Isla, también les gustaban nuestros productos.

Las tiendas de barrios y empleados en los economatos de la Marina, que ya no bajan sus parroquianos.

La constructora, los polvorines, los cuarteles y la bazan. Bueno la Bazán «tiempo al tiempo».

El betunero no. Este no comía ya que «los pelones» se limpiaban sus botas antes de salir.

En fin no sigamos. Porque siguiendo, siguiendo, también han perdido en toda la Bahía de Cádiz, que han dejado de visitar los familiares y pelones.

Pero aquí no pasa nada. Han prometido que ………….

El problema no solo es nuestro, también lo tienen los que se ha ido. Ya no disfrutan de nuestro clima. De nuestras comidas; de nuestras fiestas; de nuestras costumbres y en definitiva; de nosotros.