Castillo de Sancti Petri

El islote de Sancti Petri corresponde al extremo Sur de San Fernando y se halla en la desembocadura meridional del caño del mismo nombre. En la Antigüedad se hallaba unido a la isla de Cádiz por una calzada hoy desaparecida en el mar aunque existen vestigios de ella. Según los geógrafos antiguos era el emplazamiento del famoso Templo del Hércules Gaditano, uno de los santuarios más importantes del Mundo Antiguo. Según el historiador latino Pomponio Mela bajo el templo estaban enterrados los restos del

dios mitológico, de ahí su gran fama. Las fuentes historiográficas clásicas relatan que muchos personajes célebres, ilustres por sus hazañas o su nobleza visitaron este templo. Tito Livio narra que Aníbal arrivó a la isla para ofrecer al dios sus votos antes de emprender la conquista de Italia. En este santuario, Julio César tuvo un sueño que le predecía el dominio del mundo después de haber llorado ante el busto de Alejandro Magno por haber cumplido su edad sin haber alcanzado un éxito importante.

El Castillo de Sancti Petri
Batería de Sancti Petri. Durante la Guerra de la Independencia con los franceses, el Castillo de Sancti Petri se convirtió en batería en defensa de la entrada al caño del mismo nombre que circunda de norte a sur en La Isla. Fotografía de www.elguichidecarlos.com

El templo comenzó su decadencia en el s. IV hasta perder su pasada grandeza. Sufrió ataques y destrucciones, la acción del mar, la explotación de canteras de piedra ostionera y las sucesivas ocupaciones que sobre él se han ido desarrollando, por lo que prácticamente el santuario ha desaparecido. Su existencia la constatan los hallazgos arqueológicos y los textos griegos y latinos, reafirmados desde el s. XVI por los historiadores y eruditos.

El Castillo de Sancti Petri La Isla se baña en la playa natural de Camposoto.

El santuario probablemente sería un conjunto de edificaciones donde el templo estaría en la zona más antigua: un patio abierto, con una puerta flanqueada por dos grandes columnas. Las famosas puertas mostraban los trabajos de Hércules, labrados en bronce. Según Estrabón, en las columnas de la entrada probablemente de bronce, los navegantes hacían sus sacrificios. Abundaban en el santuario los altares de bronce, con el fuego sagrado o mostrando escenas de la vida de Hércules. Además de los restos de este dios tenía reliquias tan famosas como el cinturón de Teucro, héroe griego hijo de Telamón, y el árbol de Pigmalión cuyos frutos decían que eran esmeraldas, lo cual se puede relacionar con los dragos que existen en Cádiz de varios siglos de antigüedad. Del tesoro del templo nada queda por las expoliaciones durante las campañas militares. Muy famosos fueron los dos pozos de agua dulce que tenían un régimen de crecidas inverso al de las mareas, estudiados desde la Antigüedad surgiendo las primeras deducciones sobre los movimientos del mar y su conexión con las fases de la luna.

Desde principios de nuestro siglo importantes hallazgos arqueológicos denotan la relevancia que debió tener el santuario: un emperador romano divinizado, en mármol, de gran tamaño, (19O5); una estatuilla de bronce representación de la fama dirigiendo una cuadriga; una gran estatua thoracata de bronce, hallada en Rompetimones en 1925.

En la actualidad el castillo es un conjunto de edificaciones levantadas a partir de fines del s. XVI y durante el XVI, que se encuentran en estado de completo abandono. A lo largo de su historia ha sufrido los ataques de piratas, a veces sus piedras han sido reutilizadas para obras de fortificaciones en otros puntos. Durante la invasión francesa el castillo fue duramente bombardeado de 1810 a 1812 y también posteriormente en 1823 durante el segundo bloqueo francés.

Editado Patrimonio Histórico Artístico
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