Tardes de tertulias
Se ha venido celebrando, en nuestra sede, durante los últimos meses, distintas tertulias, entre Antiguos Cargadores de nuestra Ciudad.
Todas ellas han venido siendo interesantísimas por la cantidad de anécdotas, historias y recuerdos que en ellas se han revivido.
Destacamos de las demás, a una que mantuvimos con los siguientes Cargadores:
- Ramón Rivera «El Emigrante»,
- Pedro Moreno «Perico»,
- Ramón Marín «El Pelao»,
- Agustín Sabao «Agustinín»,
- Joaquín Zuaza «El Nono»,
- Francisco Pinero «Calzones»,
- Bernardo Ramírez «Papalardi»,
- Juan Foncubierta «Pompa»,
- José Alvarez «Joselito»,
- Antonio Olvera «El Tremendo»,
- José España «Nino»,
- Mariano Ribero «Mariano Padre»,
- Antonio Díaz «Diana Padre»,
- Lorenzo Marín.
Como decíamos al principio, todo discurrió en un marco entrañable, cordial y en tono ameno.
«El Emigrante» comentaba el por qué de su apodo; al parecer a este compañero se le daba bien el cante -de muy joven-, y debido a una canción de quella época -de «Canaleja de Puerto Real»- se le quedó el título de dicha canción.
«Papalardi» habló -recordando entre los asistentes- de los sueldos de entonces. Allá por el año 47 se pagaba 18 pesetas, y las «andas» a 2 ó 3’50 pesetas. «Mariano Padre» atribuyó las 6’50 más un plato de comida. En el año 1.952 la Hermandad del Huerto pagaba a los Cargadores 60 pesetas.
Casi la gran mayoría eran hijos descendientes de Cargadores; el padre de «Mariano» fue Tití «El Espartero»; «El Emigrante» recuerda a su suegro Pedro Várela y a su pariente -«Mascamaín«- el célebre cochero; el padre de Paco Calzones fue ‘Tití Palma«, y así en un largo discurrir de padres a hijos.
Entre diversas anécdotas de aquella tarde -entre olores de pastas y cremoso café- queremos destacar las siguientes:
«Papalardi» recordó cuando el Nazareno iba dando tela por la calle El Carmen, en la que iban cambiando los hombres de cabeza a la cola, y así sucesivamente, hasta lograr llegar a la Calle Real.
«Nino«, por el contrario, contó otra de las tantas vivencias: subiendo por la Calle Real -con Afligidos- se partió un palo trasero, y tuvieron que arreglarlo como pudieron en el Bar «La Parada».
Paco «Calzones», comentó cuando fueron a cargar a Chiclana, los Afligidos, en donde la Cruz del Cristo, llegó a tocar con un cable de corriente, comenzando a despedir dicho conductor una serie de chispazos, y al grito de fuego, salieron huyendo todos los cargadores del paso.
«El Emigrante» decía, que el paso del Perdón llegaron a cargarlo con tan solo 15 cargadores, así, también nos decía «Aguistinín» que en Barbate, llegaron a cargar con los hombres de cabeza y los de la cola.
‘Tremendo» nos recordaba, que en sus tiempos, eran dos o tres «surtidores» los que les daban, prefiriendo el tomar en todos café y nos explicaba el por qué de su apodo, que no era otro, que el porque de joven fue un buen corista de Carnaval, y por su grave voz era el motivo. Lorenzo, apuntaba que en el paso antiguo de la Soledad, el depósito de carburo que llevaba para el alumbrado, coincidía a la altura del pecho, y entre lo que eso quemaba y el calor interior, no vea que buena sauna.
Perico recuperaba del recuerdo, aquella mañana en que en la recogida del Nazareno, el entonces Cura de la Iglesia Mayor, el padre Gaona, se partió la pierna al dar esta con el travesano delantero, y allí no se quedó la cosa, sino que Nicolás en todo aquel follón, intentó centrar el paso, y al meter el brazo se lo partió entre la puerta y éste. Pero pasemos a anécdota más agradable, la que comentó Luis de las Gomas, que se había incorporado: resultó que cargando a la «Lola», dijo Dios, ahí va agua, y no vea el chaparrón que cayó, todos los músicos de la Banda corrieron a resguardarse, por contra la Penitencia, que aguantó impasible la moja, cuando escampó, fueron a levantar, y no vea lo que pesaba el paso, extrañados, volvieron de nuevo a levantar, pero esta vez con más fuerza, tanta fue, que todo el agua que se había recogido encima del palio, fue precisamente hacia atrás, donde los perfectamente secos músicos se acababan de incorporar, haciendo inútil el trabajo que estos habían hecho al resguardarse, comentaba Luis, que en la Penitencia, hubo hasta el que aplaudió.
Los más jóvenes, recordaban, -y seguro que no lo olvidarán-el famoso paso de Cádiz, Agua y Luz, este, aparte de su gran peso, cuando fueron a cargarlo, le habían tenido que cambiar el sentido de los palos, y no se le ocurrió otra cosa a la Hermandad, que poner unos palos debajo de los suyos por lo que las «levanta», había que realizarlas en cuclillas. Naturalmente se recordaron los diversos surtidores de aquel entonces, destacando algunos como El Patio Maestro Luis, El Sotanillo, que estaba por el Cristo, El Dean, Las 4 botellas, La Parada, La Plata, El Pálido, Casa Barón…
Por último, decir que sobre el estilo, todos coincidían en que la mejor manera de cargar, era a «medio ganchete», por su atractivo al andar, y sobre todo por la comodidad. Y todo ello, con la pena de no poder contar las tantas y tantas anécdotas de estos estupendos Cargadores, por quedarse corto este papel.
Publicado en Boletín «Medio Ganchete» de la «cuadrilla Nicolás Carrillo» año 1992.