Paso de Misterio, partes y componentes
A continuación se detallará algunos de los componentes decorativos de los que consta un paso de misterio.
La Canastilla de misterio

Sobre la mesa se dispone un conjunto de madera tallada, dorada o barnizada al que se le denomina canasto o canastilla.
La estructura puede llevar incrustaciones de metal y marfil. Y puede estar adornada con cartelas o capillas con relieve y pequeñas figuras: apóstoles, evangelistas y ángeles, los cuales pueden recibir nombres diversos según la función ornamental. Por ejemplo, los ángeles de horquilla sostiene el extremo del larguero de la cruz en algunos pasos de Nazarenos; los ceriferarios que, revestidos de dalmáticas, sostienen faroles y los querubines que, desnudos, o con pequeños paños de pureza, adornan el canasto o sostienen las cartelas. El estilo predominante es el barroco, más o menos recargado, aunque las hay de trazas neogótica o renacentista.
Los Respiraderos

Debajo de la canastilla de un paso de misterio van los respiraderos que, a modo de celosía, cubren los lados de la parihuela. Pueden ser de madera tallada, dorada o barnizada, metal o tejido bordado. El tamaño varía, así como los estilos, habitualmente en consonancia con la canastilla. Su función, aparte de la ornamental, es la de permitir la ventilación del interior.
Las Maniguetas

De las cuatro esquinas de los respiraderos, salen prolongaciones de unos cincuenta centímetros, de madera o metal labrado y cuya función es puramente decorativa. Son un recuerdo de los brazos de las antiguas parihuelas.
Llamador

La diferencia de tamaño de canastilla y respiradero deja un espacio (la visera) sobre el que se fija el llamador o martillo que es un aldabón por lo común de metal labrado que sirve al capataz para dar la orden de levantar o bajar.
La Iluminación del Paso de misterio

En un principio la iluminación de las andas debió ser escasa y se efectuaría por medio de las luces llevadas por los acompañantes. Los pasos de Cristo ( o paso de misterio) ofrecen tres modelos:
- los candelabros de guardabrisas,
- faroles
- y hachones.
Es habitual la mezcla de estos elementos en un mismo paso. El mayor número de luces se dispone sobre la canastilla y según la representación – figura sola o grupo- se ilumina, además de las esquinas, los laterales.
Los candelabros de guardabrisas están formados por un cuerpo central de madera tallada y dorada, de línea recta u ondulada, del que surgen varios vástagos de formas diversas que sostienen una “Tulipa” de cristal abierta en su parte superior y de bordes, a veces, ribeteados con metal dorado o plateado (Crestería). En el interior va un cirio de pequeño tamaño denominado codal.
Los faroles son fanales cerrados de tamaño variable, elaborados en metal o madera labrada acorde con el estilo del paso.

Los Hachones
- Hachón
- Cubillo
- Platillo
- Portahachón
Los hachones son cirios gruesos colocados en candelabros de un sólo cuerpo. La cera es habitualmente blanca, aunque a veces se tiña con los llamados colores tenebrarios: verde oscuro, negro y morado.
Pata y Zanco

Pata: cada uno de los cuatro palos verticales sobre los que se apoya la mesa del paso.
Zanco: parte inferior de la pata.
Tela Metálica

Tela Metálica: rejilla ornamental situada alrededor de la canastilla.
Cartela

Cada una de las piezas heráldicas ordinarias, pequeñas y rectangulares, puestas verticalmente y en serie en la parte superior del escudo.
Jarrón

Jarrón: vaso labrado artísticamente para adorno.
Exorno floral

La austeridad fue la norma en un principio en el paso de misterio, con ausencia de este tipo de exorno.
Hoy día se ha impuesto el modelo de alfombra floral, de claveles rojos, lirios morados o claveles y lirios, que cubre la superficie completa del monte de los Crucificados y del camino de los Nazarenos. En los pasos de misterio se dispone solamente de un friso de flores en la parte superior de la canastilla.
El simbolismo de las especies está no en la flor, sino en su color, ya que rojo y morado son colores pasionarios relacionados con la figura de Cristo que suele llevarlos en sus vestiduras. De todos modos pensamos que sobre la simbología del rojo y morado como denotadores del sufrimiento se superpone, y no es casual, la cantidad de flores, que remite al carácter de festejo primaveral.
Sobre los símbolos de la muerte y la penitencia se ha situado la exaltación de la naturaleza y, así, participa de los rasgos formales de la celebración festiva, que se desborda en el paso de palio: abundante exorno floral, hiperdecorativismo, música, efectos luminosos en la mayoría de los casos y riqueza material, es decir, ostentación.
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Incluido en el trabajo “Pasión Cofrade”
Fotos: Foto autor desconocido. Incluida en trabajo «Pasión Cofrade»