Virgen del Carmen de La Isla

Los frailes carmelitas descalzos llegan a la Isla de la mano del obispo Juan de Isla. Tras tomar posesión de la mitra gaditana (1678-1681) se embarca en la empresa de fundar un convento de religiosos en virtud de su estrecha relación con la Orden.

Ante la imposibilidad de hacerlo en Cádiz, debido a las restricciones del Cabildo gaditano, optó por visitar su jurisdicción para localizar unos terrenos adecuados para tan loable fin. Tras pasar unos días, del mes de abril de 1679 (aunque Juan Aranda Doncel en la obra El Carmen de San Fernando lo sitúa en 1680), en la Iglesia del Castillo donde radicaba la única parroquia de la Villa, se interesó por una ruinosa hacienda con huerta, propiedad del presbítero gaditano Mateo Amador.

Cumplimentados los señores Ponce de León, propietarios del señorío, la escritura de compraventa se protocoliza el 2 de agosto de 1680 y la de donación a la Orden el 26.

Durante los primeros años, la reciente fundación tuvo como misión el adecentamiento de la hacienda para adecuarlo a las necesidades conventuales. Las obras del actual convento se inician en 1695 bajo el priorato de fray Fernando de San Antonio (1694-1697). Al tiempo que se alzaban las estructuras materiales, se elevaban también la devoción por María Santísima del Carmen.

La nueva fundación fue rápidamente conocida en Cádiz. En primer lugar por el interés de don Juan de Isla de fundar en Cádiz, en segundo lugar por las demandas que los frailes realizaban en la capital y por ser la Isla un lugar de paso hacia la Península y de recreo de los «vecinos ricos de Cádiz».

Virgen del Carmen de La Isla

Esta devoción e interés lo corrobora la donación realizada por una devota de una Imagen de la Virgen del Carmen traída de Indias «la dio una devota Señora la qual imagen vino de Indias. Con advocación de Nuestra Señora del Carmen y su Patrocinio Sanctísimo». Esta primera imagen ya conmovió los corazones de la Isla a resultas del elocuente relato de cómo los vecinos de la Isla reciben a la nueva imagen.

El fervor carmelitano iba en aumento. El vicario parroquial, don Sancho, no tardó en trasladarse al Palacio Episcopal para manifestar al obispo don Antonio Ybarra, que los vecinos de la Isla preferían el culto carmelitano al regular de la parroquia de Santa María del Castillo. «Días avía que D. Sancho, vicario de la Isla de León, tenía advertido que en su Iglesia del Castillo no concurrían los concursos de feligreses que antes; y en días festivos, ni comulgavan ni oian el Sermón tantos como solían, porque al Carmen eran las asistencia frecuentes»

La creciente devoción fue sin duda uno de los motivos que propiciaron la fundación de la Cofradía en 1698. Así lo atestigua la licencia fundacional del Padre General fray Juan de la Anunciación, dada en el Convento de Campo de Criptana el 16 de mayo de 1698, «por cuantos nos consta que los vecinos de la Ciudad de Cádiz de la Isla de León tiene tanta devoción con el título de hermosísima Virgen María del Monte Carmelo, Nuestra Señora que desean fundar e instituir su Cofradía en nuestro convento de dicha Isla de León…».

El protocolo del convento recoge la nueva fundación «No fue estéril nuestra fundación en la Ysla de León, pues el año de mil seiscientos y nobenta y ocho, en onze de agosto se consiguió de su Ylma. el señor Don fr. Alonso de Talavera, obispo de Cádiz, y de nuestro Padre General fr. Juan de la Anunciación, las lisensias precisas para instituir, siendo Prior deste convento nuestro el Padre fr. Pedro de San Joséf, la célebre cofradía de N .. -Cannen…».

La incipiente corporación dedica sus esfuerzos en el aumento de sus hermanos y patrimonio. Así, en las cuentas de 1699 se recoge la entrada de 43 hermanos y 40 hermanas., y en la de 1700 da cuenta del guión de damasco con borlas y cordones aderezado con encajes de oro y Estandarte con una hechura de la Virgen del Carmen, cuya vara Era dorada.

En el período que transcurre entre 1698 y la llegada de la actual imagen de la Virgen del Carmen, no arrojan luz los libros de la Hermandad ni el protocolo del convento respecto a qué imagen de la Virgen del Carmen rendía culto la Hermandad. Por entonces ya existían dos, la primitiva que llegó en 1681 y la que se entronizó en el camarín del altar mayor durante el priorato de Fray Pedro de San José en 1697. Como la primera fue transformada en dolorosa, bajo la advocación de la Soledad, resulta posible que fuera la Imagen más reciente la que recibiera culto por la Hermandad.

Lo más destacado durante el año era la celebración del día de la fiesta, que se verificaba el domingo siguiente a la festividad del Carmen. Por la mañana solemne función y a la tarde procesión.

Los cargos de la Cofradía se renovaban anualmente, el domingo siguiente a la Fiesta Principal. El Cabildo undécimo celebrado el 29 de julio de 1708, salió elegido como escribano Luís Hermenelgido de Ardila (el mozo) y como hermano mayor su padre el granadino Luís de Ardila. Tras la finalización del texto, rubricado por el escribano, aparece una exuberante narración a modo de crónica donde relata la adquisición de la nueva Imagen y su primera salida en procesión.

La nueva imagen de la Virgen del Carmen en la Isla de León

«…Corrió el año y siendo tan estéril por las guerras, falta de trigo, hambre, muertes y enfermedades. Se vieron en el fecundo y bien precisos argumentos. Hízose una grave hermosa y muy devota Imagen del Carmen con su precioso niño en los brazos….. Y el domingo ingraoctavo de Ntra. Sra. Del Carmen se hizo la solemne fiesta y procesión en que se dedicó y salió dicha nueva Imagen en sus andas por dorar para que este año tuviese el primor del artífice. Llevase los corazones por su peregrina devoción María Santísima del Carmen, asistieron la música entera de los reverendos Padres de San Juan de Dios del grave convento de la Ciudad de Cádiz y un señor Capitán militar con su auidante y sinquenta soldados con sus fusiles que en varios sitios de la Procesión gravísima dieron cargas serradas muy a compás haziendo alardes con gran grazia. El cómputo de lo gastado en este año pasa de dos mil y setecientos y ochenta Reales, muy bien empleados. Y el domingo siguiente finalizaron todos los electos sus oficios con merecidos y muy loados aplausos, en particular y victor común».

La Cofradía fue la que hizo el desembolso de sus arcas para la adquisición de la nueva imagen, así consta en el libro de cuentas, consignadas en las del año 1709 «…Más me hago cargo de 38 y medio que se sacaron del zepo para pagarla Imagen…»

Una vez cerradas las cuentas se hace una acotación del siguiente tenor literal».. Hizo el Hermano Mayor Grazia de 577 y medio R. que costó la Imagen y más 500 que todo haze 877 y medio». Este ajuste final se debe a que la cofradía estaba en deuda con el hermano mayor, pues a pesar de haber satisfecho los desembolsos referidos a la imagen y a las andas, aún se le debían 219 y media R. «… Se le Resta deviendo la dicha Cofradía al Sr. Hermano Mayor D. Luis de Ardila 219 y medio R…»

La prerrogativa de poseer imagen propia de la Virgen, estaba considerada en la licencia fundacional del 16 de mayo de 1698 «… damos licencia para que puedan tener Imagen propia de Nuestra Señora del Carmen con su niño y hacer su Fiesta con Procesión, Solemne Misa, sermón en su día que es 16 de julio y en otras festividades de la Virgen..» Sin embargo la Hermandad celebraba la Fiesta el domingo siguiente.

Con respecto a la procedencia, aunque los libros de la Hermandad no esclarecen nada al respecto, el protocolo del convento hace referencia a su procedencia genovesa. Así, el último estudio de la talla realizado por fray Juan Dobado, la ubica en la escuela italiana y no en la andaluza. Lo que resulta lógico, en consonancia con el resto de la imaginería del convento del Carmen.

Desde la primera salida, que si consideramos la de 1708 se verificó el 22 de julio, esta nueva imagen, que es la actual que veneramos como Patrona y Titular de su Hermandad, ha suscitado los mayores fervores y devociones en torno a Ella. Desde entonces la historia de la Ciudad de San Fernando, que no tuvo cabildo propio hasta 1766, ha estado indisociablemente unida a la de esta venerada imagen y su Hermandad.

MANUEL UTRERA MONTAÑEZ

Publicado en revista Cofrade
San Fernando Información
Marzo 2008