De unos años para acá, venimos observando como el mundo cofrade isleño se está convulsionando, no se ha terminado de apagar una polémica cuando ya ha aparecido una nueva, esta situación ha hecho que muchos cofrades de reconocida solvencia y conocimientos hallan abandonado sus cargos directivos, con lo que los jóvenes vinos cofrades se han quedado huérfanos de soleras y han cogido el camino fácil de la imitación hispalense.
Lo peor del caso es que no se han traído de Sevilla el señorío, la elegancia, la fidelidad a sus tradiciones que tienen las grandes hermandades sevillanas, sino que se han traído un lenguaje ajeno al nuestro, fanfarrias con marchas estridentes, tambores que marcan un compás llamado “paso sevillano” aunque vio la luz en la ciudad de Málaga de manos de la banda de los bomberos de dicha ciudad; y que al no ser binario impide la marcha natural ya que solo tenemos dos piernas. Y otras muchas pamplinas que poco a poco han ido enrareciendo el ambiente y están consiguiendo que el pueblo isleño, cofrade por naturaleza, comience a dar la espalda a nuestro mundo.
Hoy nos vamos a centrar en el estudio del lenguaje cofrade, y trataremos de contestar razonadamente a la pregunta que encabeza este artículo.
“La cofradía de Jesús Nazareno es la única de nazarenos (cuyo título ahora pretenden todas) porque este nombre no es el de los que visten túnica con capirote, pues a estos se les ha llamado siempre penitente o penitentes. De modo que con decir a un hermano con túnica, este es un nazareno, era y es decir que es hermano de Jesús Nazareno y por consiguiente solo a estos les pertenece el nombre, y no a los de las demás cofradías; pues si aquellos quieren designarlos deberían decir: este es un gran poder o un expiración, según”.
Esta cita no se debe a ningún cofrade isleño sino a D. Félix González de León, cofrade sevillano autor del libro titulado Las Cofradías, publicado en Sevilla en 1852. Luego el nuevo lenguaje huele a ignorancia rancia, por cierto lo de cofradía de nazarenos en la Isla tampoco es actual ya aparece en los estatutos de la cofradía de la Expiración al reactivarse en el año 1941, y no es que fuera sevillanista el reactivador sino sevillano de pura cepa.
Y por si fuera poco ese profesor de literatura y maestro de poetas que es D. Juan Mena, publicaba recientemente un artículo de hondo calado, de esos que se leen muy fácilmente y se tarda mucho en digerir. Versaba sobre Jesús Nazareno o Nazaretano, en el explicaba que el llamarlo en su época Nazareno no se debía a su lugar de residencia, sino debieron llamarlo Jesús el Nazaretano, y es que ser nazareno implicó en su momento un compromiso de renovación y sacrificio sin dejar de cumplir la ley de Moisés, de todo aquello surgió: “el amarás a tu prójimo como a ti mismo”, y otra serie de normas que el Maestro fue desgranando a lo largo de su vida pública y que están recogidas en los Evangelios.
De la lectura de los mismos y del cumplimiento que hacemos de ellos, la mayoría de los cristianos, solo puedo sacar una conclusión: “ PENITENTE, SIEMPRE PENITENTE ”.

SALVADOR CALDELAS
marzo 2008
remitido