Una vez más he preferido que sea el propio documento quien nos informe de los acontecimientos, y en este caso de ser cierto todo expuesto en el mismo, nos encontramos con una cantidad importante de datos desconocidos en la historia de la Isla. De una parte, nombres de personas que la poseyeron al final el siglo XIV y principios del XV, de los que no se tienen noticias. Por otra parte, la posesión que Juan Ponce de León, Conde de Arcos, junto con su hijo Don Rodrigo, hacen de la Isla de León y de Cádiz en el año 1.465. La conquista o toma de la plaza de Cádiz en esos años está constatada por los historiadores, no así la de la Isla de León, que según todos los datos conocidos no se produjo hasta 1.490, cuando Don Rodrigo permutó con su cuñado Don Juan Suazo, la Isla por unas posesiones en Jerez y 250 cahices de trigo. De haberse producido la apropiación de la Isla por parte de los Ponce de León en 1.465, el documento de trueque que se realiza en el 1.490 no es más que puro formulismo para legalizar una situación que ya de hecho existía.

Pero continuemos con Fray Luis José de Ureba en su contestación al Alférez Mayor Juan Gregorio de Soto y Avilés. Tras la exposición de la fecha de posesión de la Isla de León por parte de la Casa de Arcos, continua diciendo: “… conque si la antigua, y exclarecida Casa de Vmd, posee sus terrenos en aquel termino desde antes de 1465, no tengo por dificil venzer al Duque: pero si es posterior â aquella epoca, avrá trabajo, y mayor, si los instrumentos se han perdido, como sucede quando el cielo permite, que gozen los Mayorazgos la ignavía, la estolidez, y la ignorancia”. No es necesario afirmar la poca simpatía que para Fray José merecen algunos nobles y su afán por ayudar al Mayorazgo de los Soto y Avilés, como se deduce de lo expuesto y de lo que expresa a continuación. “…Yo ofrezco mi silencio, y quanto valiere mi inutilidad al mayor logro de los deseos de Vmd, porque ademas de los vinculos de la política Christiana, venero su Casa, y su persona, nada menos, que como la del Gefe de la nobleza antigua, en que se representan los blasones de los antiquísimos Gadires…”

Ni que decir tiene que los almacenes de pólvora que tanto molestaban a los Soto y Avilés continuaron en tierras el Mayorazgos, sin que por otra parte se les compensara con los terrenos montuosos y de palmares propiedad del Duque de Arcos, existentes detrás del Castillo, llamado en aquellos días Castillo de León.

Con esta pequeña aportación he pretendido aportar algunos datos sobre la historia de la Isla. Aquella Isla llena de heredades o caseríos sembrados de viñedos, con sus torres, bodegas y casas principales. Unas heredades que producían buenos vinos que en muchos casos cruzaron “la mar océana” para abastecer el floreciente mercado de las Indias. Aquella Isla que en palabras de Fray Jerónimo de la Concepción era “De tan generoso y benigno clima que los ciudadanos de Cádiz la tienen por su Aranjuez, fabricando en ella vistosas caserías, que ayudadas de la salubridad del cielo y delicadas aguas, son su más delicioso recreo…”

Andrés Ruiz Pizones